¿Es posible educar sin gritos? Es la gran pregunta que se hacen muchos padres y que aborda Laura Monge en una interesante entrevista publicada en Hacer Familia. Pinchando aquí podéis leerla entera pero destacamos a continuación un par de preguntas de la misma:
P. ¿Cómo podemos despertar la motivación para que ellos sientan que cada día pueden hacer las cosas un poco mejor?
R. Hoy en día, los niños nacen con una tablet debajo del brazo. Están súper estimulados, tienen unos juegos maravillosos que les absorben totalmente y participan en muchas actividades súper creativas y muy bonitas. Luego llegan a casa y queremos que hagan la cama o pongan la mesa dando órdenes o de malas formas. Estas órdenes muchas veces no llegan en plano juego y los niños no lo terminan de entender. Por eso vuelvo a lo que decía antes. Una muy buena manera de motivarlos inicialmente es a través del juego. Una vez que ya hemos conseguido involucrarlos y motivarlos, hay que reforzar eso que hemos conseguido. Si hemos conseguido que nuestro hijo haga la cama debemos conseguir que disfrute de ver y estar en una habitación ordenada donde ahora podrá jugar mucho más a gusto. Eso es un poco la idea que tenemos que intentar conseguir.
P. ¿Es posible no gritar cuando tenemos muchos niños alborotando en casa?
R. Lo primero, claro que es posible educar sin gritar y que nuestra forma natural de resolver los conflictos en casa sea desde la serenidad y que pasen días y semanas sin que tengamos que poner el grito en el cielo ni una sola vez. Lo que tenemos que recordar es que no debemos olvidar nuestra condición humana por lo que el trabajo excesivo o el cansancio casi crónico de los padres nos juega a veces malas pasadas y es posible que de vez en cuando solucionemos una situación familiar de una forma que no queremos. En este momento no hay que venirse abajo. No lo hemos resuelto como queríamos pues borrón y cuenta nueva. Vamos a ver qué podemos hacer en la próxima situación que se nos ponga delante.
P. ¿Cuál es el mantra que deberíamos repetirnos las mamás y los papás para no soltar ese grito del que luego nos arrepentimos?
R. Hace poco salió anuncio para fomentar la lectura en el que salían un papá y una niña en la mesa del desayuno. El papá se ponía la servilleta y la niña hacía lo mismo. El papá se servía el café y la niña lo imitaba. Hacían todo exactamente en el mismo momento y al final se veía al papá con su libro, la niña con el suyo. Al final ambos doblaban la esquina para señalar dónde habían terminado la lectura. Acababa el anuncio diciendo: «Si tu lees, ellos leen». Esto que te voy a decir es menos romántico; pero el mantra que debemos repetirnos es «Si tu gritas, ellos gritan».